martes, 10 de mayo de 2016

10 de Mayo de 2016 Día de las Madres, Hasta encontrar a Marco Antonio



Hasta encontrar a Marco Antonio

Por la mañana en camino a la oficina, pensaba en doña Emma Theissen, quien hoy ha inspirado estas letras, con su lucha de más de 30 años para encontrar a su hijo secuestrado y desaparecido durante la guerra en Guatemala, al leer la carta que escribió “otro 10 de mayo sin mi hijo Marco Antonio”, queda claro, que no hay nada como las mujeres luchadoras.

Por eso hoy quisiera aprovechar el momento en que muchas personas celebran a sus madres, para rendir un homenaje a las mujeres que luchan día con día para hacer de esté un mundo más justo para sus hijas, hijos, nietas y nietos, para quienes están y para quienes no están y a quienes aún les esperamos.

Nada más fuerte en este mundo que una madre luchadora, como aquella que desde temprano lavaba y planchaba ajeno para llevar los frijoles a la mesa, que soportó terribles circunstancias, que aguantó hambre, frío, sueño y que ahora su cuerpo le cobra con falta de salud la vida dura que llevo durante años, mi mamá.

Nada como aquella mujer que se enfrenta a la explotación de la maquila para poder ganar un mísero salario que no pagará los daños que ocasionados a su cuerpo, pero que si pagará el pollo frito que sus bebes esperan a fin de mes.

Nada como aquella mujer que se levanta con el cáncer recorriendo su cuerpo y que pide un día más, un año más para que su hija no se quede sola en la vida.

Nada como las mujeres que recorren las fronteras buscando a sus hijas e hijos desaparecidos, que luego de darles un beso en la frente, se fueron, juraron que al llegar al norte les enviarían dinero para que vivieran mejor.

Nada como las mujeres que siguen buscando a sus hijas e hijos desaparecidos en la guerra de Guatemala, que gritan en las calles y en los tribunales de justicia, hasta dar con su paradero, reivindicando sus ideas y esperanzas.

Nada como esa madre, cuyo hijo se murió en sus brazos por falta de comida, por falta de medicina. Por culpa de este maldito sistema.

Nada como esas madres a quienes la violencia en el país les arrebató a sus hijos, a sus hijas, a sus seres queridos. Nada como la fuerza que tienen para levantarse día con día y enfrentar al mundo.

Nada como la madre tierra saqueada y destruida por la invasión de las empresas transnacionales y nacionales, que sigue resistiendo y dándonos vida.

Nada como las madres que guardan en sus corazones miles de dolores, cuyos cuerpos resistentes se enfrentan al racismo y la desigualdad, y cuya sabiduría es una luz en los caminos de las nuevas generaciones.

Nada como las madres que solas se enfrentan a la vida, por decisión o porque les tocó, que no se rajan, que tienen que soportar la irresponsabilidad de aquellos innombrables que aparecen solo para hacerlas sufrir.

Nada como las madres que rompen estereotipos y que se salen de la lógica de esta sociedad conservadora y patriarcal, que luchan por cambiar la historia y que abren espacios para que otras mujeres podamos tener mejores condiciones de vida.

Todas son luchadoras, y deberían significar ejemplos de vida y dignidad, para  hacer de este mundo un lugar más humano para vivir, donde las mujeres podamos disfrutar plenamente de nuestros derechos y donde nuestras voces sean escuchadas y la decisión de ser madres o no, sea respetada.

Al igual que para muchas mujeres, es mi compromiso, luchar hasta que las nuevas generaciones tengan una mejor vida, hasta que se haga justicia, hasta encontrar a las miles de hijas e hijos desaparecidos, hasta encontrar a Marco Antonio doña Emma.

Ada Valenzuela 




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